Plan de ataque

Un error típico en las (malas) consultorías es que elaboran su propio plan, al margen del cliente. Yo estoy radicalmente en contra de esto y por eso trabajo muy intensamente para que, entre todos, entendamos los problemas y encontremos juntos las soluciones. Por eso frecuentemente propongo que la primera acción consista en reunir a todo el equipo, y a veces incluso a toda la empresa, para que juntos, de una manera estructurada, elaboremos nuestro plan de ataque.

¿Cómo?

Lo hacemos todo en un día.

Por la mañana nos reunimos con todos los que acordemos que es oportuno. Obligatorio todo el equipo de desarrollo y aquellos que encajen con el perfil de dueño de producto. En ocasiones he llegado a reunir a toda la compañía. El objetivo es encontrar entre todos qué cosas son las que vemos como mayores obstáculos y alinear expectativas. Esta reunión también me ayudará a conoceros y a preparar la siguiente actividad. Eso sí, es muy cara para vosotros porque mucha gente deja de hacer lo que hace normalmente y tenemos que aprovecharla al máximo. Por eso necesitaré hablar un par de días antes con vosotros para preparar bien esta actividad y evitar “pasar de puntillas” por los temas candentes, esos que nadie quiere tratar.

Después de comer nos reunimos aquellos con más interés en mejorar. El objetivo de esta reunión será decidir, entre todos, los objetivos que queremos conseguir juntos, priorizarlos y comprometernos con los que creemos que podemos abordar antes y que aportarán más valor. Es decir, haremos nuestro plan de ataque en forma de product backlog. Cuando digo nuestro, quiero decir tanto vuestro como mío, es decir, que es muy posible que haya objetivos que podáis conseguir vosotros solos, sin mi ayuda. De hecho, sería muy buena señal que salieran varios de estos…

Luego le tendremos que poner precio a cada uno de esos objetivos. Pero eso ya será otra historia.

¿Cuánto?

No me gusta cobrar por mi tiempo sino por el valor que aporto, por eso os pediré que os impliquéis en ponerle precio a mi actuación. Ensayando con diferentes fórmulas he llegado a la conclusión de que yo necesito garantizarme unos ingresos mínimos y vosotros soléis necesitar un marco de referencia. Así, la fórmula que os planteo es la siguiente:

  • Un precio mínimo de 800 €
  • A eso luego vosotros le sumáis lo que os parezca adecuado entre 0 y 600 €

Así, si sumáis 0 será porque consideráis que el precio inicial se corresponde con el valor que os he aportado, o bien porque pensáis que mi aportación no es significativa. Vuestro feedback me servirá para mejorar. Por otro lado, si sumáis el máximo (total 1400 €) es que os gustaría incluso pagar más. Involucrar al equipo en la toma de decisiones sobre el precio “extra” de mi servicio les ayudará a ser más conscientes del impacto, serán más exigentes conmigo y se implicarán aun más.

IVA no incluído. Pagos a más de 15 días implicarán un recargo de 400 € por cada semana de retraso.

Retorno de la inversión

Tener un plan para mejorar en el que todos los miembros del equipo están alineados tiene un beneficio inmediato en la productividad de toda la organización. Si quieres una referencia, aquí tienes una bien reciente en mi blog.

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